martes, 30 de septiembre de 2014

Reseña: Cincuenta sombras de Grey

Título: Cincuenta sombras de Grey
Autor: E.L. James
Editorial: Grijalbo
Número de páginas: 541
Género: Erótica

Sinopsis:
Cuando la estudiante de literatura Anastasia Steele recibe el encargo  de entrevistar al exitoso y joven empresario Christian Grey, queda impresionada al encontrarse ante un hombre atractivo, seductor y también muy intimidante. La inexperta e inocente Ana intenta olvidarlo, pero pronto comprende cuánto lo desea.


Grey está atormentado por sus propios demonios y lo consume la necesidad de controlarlo todo, pero a su vez se ve incapaz de resistirse a la serena belleza de Ana, a su inteligencia y a su espíritu independiente. Debe admitir que la desea, pero bajo ciertas condiciones.


Cuando la pareja por fin inicia una apasionada relación, las peculiares prácticas eróticas de Grey desconciertan a Ana al tiempo que ella descubre los límites de sus propios y más oscuros deseos…


Para empezar, cualquier relación que tenga de por medio un contrato confidencial y términos sobre las actividades de un Amo y su Sumisa, ya es de por sí interesante. Sobre todo cuando se habla de límites infranqueables y límites tolerables, y BDSM que incluye cuerdas, grilletes, vibradores, azotes, látigos, cera caliente y otro tipo de objetos/métodos que se puedan emplear en el cuerpo.

“El Amo y la Sumisa acuerdan y admiten que todo lo que suceda bajo los términos de este contrato será consensuado y confidencial, y estará sujeto a los límites acordados y a los procedimientos de seguridad que se contemplan en este contrato.

Me habría gustado ver sus reacciones al leer el título del libro que escogí para inaugurar esta sección dedicada al mundo de las letras. Después de pasar bastante tiempo sentada frente a mi humilde y pequeña biblioteca (una que espero crezca rápidamente) y hacer una lista de los candidatos, me decidí por los llamados fenómenos literarios. La pregunta es: ¿por qué lo pongo como si fuera una grosería, un fuerte insulto? No estoy en contra de los best-seller, he conocido muchos libros de esta forma que son bastante buenos, no obstante, hay de fenómenos a fenómenos literarios.

Es aquí donde levanto mi mano para decir “fui víctima del llamado fenómeno o del tan mencionado boca en boca”, mas nunca me advertí con un “te lo dije” antes de pagar la módica cantidad de $300 por el primer ejemplar de la trilogía “Cincuenta sombras”. Otros se preguntarán entonces porqué lo leí:pues, soy una amante ávida de la literatura, lo que significa que si leo una sinopsis que me llama la atención, entonces es libro que tomo en mis manos. Si me parece malo, no hay problema, siempre aprendes algo con cada libro. Lo malo en mí, es que si es saga y no me gustó o no es buena, no puedo dejar las cosas a la mitad y tengo que llegar hasta la última página. Además, si son varios libros y no sólo uno, debe tener algo que lo ha hecho vender un poco más. Este es el caso con la segunda parte de Cincuenta sombras, que por el momento no voy a hacer mención hasta que termine de leerlo y sé que tendré que leer el tercero para saber si la autora mejoró o se quedó en la triste imitación.

No empiezo mi reseña con estas palabras para ahuyentarlos y evitar que lean un libro que sí es candidato para pasar un momento entretenido.Tiene muchos puntos a favor y muchos otros en contra. No pretendo ser como un padre sobreprotector que no deja vivir a sus hijos la vida que les toca solo porque ellos ya vivieron y les tocó lo peor;y con esto me refiero a que muchos críticos de la literatura se dan aires de grandeza y desean enterrar los libros que a su parecer no se escribieron bajo ciertos términos, reglas, etc., por lo que sus lectores obedecen como corderitos y dejan de lado lo que para muchos es malo, para otros bueno y para muchos otros excelente. Pero menciono esto sí para aclarar las cosas que, no por casualidad, son un mero cambio de nombres de personajes y situaciones basadas en una historia publicada hace ya varios años.

¿A alguien le suenan los nombres Bella Swany EdwardCullen? A quien no, bueno, les cuento un poco. Stephenie Meyer, autora de los libros Crepúsculo, Luna Nueva, Eclipse y Amanecer causó un gran revuelo con el fenómeno que para muchos “evolucionó” el mundo de los vampiros, puesto que los de ella no asesinan a humanos y prefieren beber sangre de animales, pueden salir a plena luz del día y no morir como el vampiro clásico, además de que emiten un brillo que delata ser otra cosa, menos un humilde mortal. La historia se centra en una humana (Bella) y un vampiro (Edward), se enamoran perdidamente, se meten en problemas debido a lo que es cada uno;y Jacob, el mejor amigo de la torpe y despistada Bella, resulta ser un sexy hombre lobo que se enamora también de ella, por lo que el trío funciona de las mil maravillas para atraer a más lectoras que adoran las novelas rosas. Sí, he leído los libros antes de que aparecieran las películas (que sin duda le ponen más chispa de la que tiene la saga), así que sé de lo que voy a hablar en referencia a Cincuenta sombras de Grey.

Al empezar a leer el libro sabía que la historia había sido producto de un fan fiction basado en la saga de Crepúsculo, por lo que me mentalicé para no visualizar a los personajes nuevos en los originales, sin embargo, fue bastante difícil. Para los que no leyeron la historia del vampiro-humana, entonces no habrá problemas, pero para los que sí, sé que no fui la única en sacarse difícilmente de la mente a Bella y Edward. En Cincuenta sombras, Grey es un multimillonario con gustos eróticos bastante peculiares; y Ana una joven pura e inocente que está a punto de culminar sus estudios universitarios. El día en que sus mundos chocan descubren que no pueden vivir el uno sin el otro, pero para estar juntos necesitan poner en papel lo que están dispuestos a ceder y ofrecer, siempre bajo las condiciones de la situación que van a experimentar. Una novela erótica que ha alborotado a más de una, más exacto a millones; por lo que para muchos es la mezcla perfecta de una historia romántica y erótica: para mí, la novela rosa sosa y ligeramente romántica.

Los juegos eróticos son el toque que no aburre al pasar página tras página, un BDSM que nunca se puso en marcha debido al no-contrato, por lo que le falta esa picardía y fogosidad que muestra únicamente a un Christian Grey blando y no a aquel como suele describirse a sí mismo. Es sabido que en las novelas románticas los protagonistas se conocen, se gustan y se enamoran perdidamente al segundo día. Aprendí eso con otros libros, al principio me costó horrores hacerme a la idea ese rápido amor, pero este es más rápido que los demás y obviamente, es un amor que cae en lo absurdo. Tanto que en una ocasión, Ana, la protagonista, llora a lágrima viva por no haber sido besada por un jodidamente atractivo desconocido del que cayó, literalmente, enamorada y a sus pies.

No importa cuánto haya luchado por no ver a Bella (Ana), Edward (Christian), Jacob (José), Rosalie (Kate), Ethan (Jasper), Elliot (Emmet), Mia (Alice), Dr. Carlisle yEsme (Carrick Grey y la Dra. Grace), Charlie (con el Charlie Tango), y pueden seguir las terribles coincidencias, hay tantas similitudes que delatan en qué historia estuvo basada. Ahora entiendo la reacción de Meyer al preguntarle los medios sobre los libros de Cincuenta sombras de Grey, haciendo como que no sabía sobre la existencia de tal historia y mucho menos, asegurando, no leer algo de ese tipo de material.Es espantosamente similar. ¿A qué autor le gustaría saber que el éxito de esa nueva trilogía se debe a su libro? Lamentablemente E.L. James no supo manejar a sus personajes, ni tampoco definirlos, puesto que las personalidades son bastante parecidas a los originales de Meyer, solo con la diferencia que Ana y Christian donde pueden tener sexo lo hacen; y Bella y Edward se limitaban a castos besos debido a su naturaleza.

Lo que podría decir a favor es sobre la consciencia de Ana Steele que hace acto de presencia con extraños y divertidos comentarios y en escenarios un tanto ilógicos. Si bien en ocasiones es divertida esa conciencia suya, en otros momentos se torna sumamente sosa e inmadura. La cuestión es que Ana en algunas situaciones la muestran como una mujer fuerte, pero en su mayoría como a alguien infantil; en unos altibajos que la autora demuestra que no supo interpretar a sus nuevos personajes, que pudo más el prototipo de Crepúsculo (ya antes se declaró fan de Meyer y sus libros) y se ve en la personalidad – de Ana y otros– que les intentó forjar. Yo, una escritora en ciernes, aseguro que los personajes no se inventan ni se decide cómo deben ser o cómo actuar, para mí, el personaje es quien llega a ti siendo quien es y se presenta para que uno sea el vínculo de lo que será una nueva historia. Así que E.L. James jugó con unos personajes creados por otra persona y no fue parte de la historia que le vinieron a contar.

Un punto más a favor es el misterioso juego de Christian, que creo la autora debió dejarlo ser más él mismo y mostrar quién es en el transcurso de esa nueva relación. Aun así el personaje es enigmático, un joven que ha luchado por tener todo lo que desea y que se ha prestado a vivir situaciones que lo llevaron a conocer sus propios límites.Un juego mental y sexual en el que Grey envuelve a las lectoras. Pero una vez más, E.L. James pareció demostrar que los personajes pudieron con ella, y cuando parece ser que vas conociendo a alguien y no a un personaje ya existente, todo se va en picada. En especial cuando la enamoradiza Ana no se cansa de describir minuto a minuto la belleza absoluta de su novio, el cuerpo más divino y esculpido por los dioses (lo mismo pasaba con Bella cada vez que pensaba o veía a Edward). La verdad, aquí entre nos (nótese mi ironía), el lector sí se cansa de leer el dolor que le produce la sublime belleza del hermoso y atractivo, millonario, divino y perfecto Christian Grey.

Sin temor a equivocarme el único momento en el que Ana Steele muestraverdadero carácter y propio de un nuevo personaje es cuando se escribe correos electrónicos firmados como – Obseso del control y presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc. –  entre ella y su ahora amante que prefiere los látigos, cadenas y demás artilugios que los Amos utilizan con sus sumisas. Son esos pequeños, pero continuos envíos los que le dan un toque interesante y divertido, con sutiles detalles que prueban lo que puede ser la verdadera personalidad de una joven que de repente es un poco ingenua en lo que es una historia más romántica que erótica. Obviamente no niego el gran atractivo de las escenas eróticas que se muestran a lo largo de la historia, sí que son candentes y más cuando el verdadero Grey sale a la superficie a divertirse en su bien conocido cuarto de juegos. Que una vez abierta la puerta muchas quisieran quedarse allí a conocer todos los secretos, en especial con alguien experto en el tema.Sin embargo, la mercadotécnica ha hecho maravillas en esta trilogía, porque de maravillosa no tiene nada. No tiene un tema sobre el que los personajes caminen y crezcan, además de que el sexo no es tan emocionante ni fascinante, pues hay más libros que contienen verdadero contenido erótico. Si bien, hay partes que hacen que el libro no sea tirado a la basura.

AMO

15.2 El Amo acepta el control, el dominio y la disciplina de la Sumisa durante la vigencia del contrato. El Amo puede utilizar el cuerpo de la Sumisa en cualquier momento durante las horas asignadas, o en horas adicionales acordadas, de la manera que considere oportuno, en el sexo o en cualquier otro ámbito.

SUMISA

15.20 La Sumisa se someterá a toda actividad sexual que exija el Amo, sin dudar y sin discutir. La Sumisa aceptará azotes, golpes, bastonazos, latigazos o cualquier otra disciplina que el Amo decida administrar, sin dudar, preguntar ni quedarse.

CONCLUSIÓN

21. Los abajo firmantes hemos leído y entendido totalmente lo que estipula este contrato. Aceptamos libremente los términos de este contrato y con nuestra firma damos nuestra conformidad.

____________________                           ________________________
El Amo: Christian Grey                                        La Sumisa: Anastasia Steele

Ese es sin duda el gran plus de este conocido fenómeno literario, el tira y afloja del tema central de la historia: un contrato entre un Amo y una Sumisa. La desesperación de Grey por obtener a esta virginal estudiante lo llevará a hacer cosas que nunca imaginó y conocer aquello que creyó nunca tener por sus cincuenta condenadas sombras. Y como les dije, no todo es malo, no es una gran escritora E.L. James, pero trajo un libro para que muchos lectores pasen un buen rato aprendiendo nuevas técnicas. Por lo que estoy segura que las regaderas, esposas, corbatas, iPod, pinzas, látigos, mesas de billar, jacuzzis, y muchas cosas más, serán vistos de manera diferente.

Ahora la última pregunta: ¿firmarían el contrato?


 
 Dos manchas y media de 5

3 comentarios:

  1. Había escrito un comentario larguísimo y esta cosa me la borro. Estoy estresada pff en fin, maldito goggle.
    En resumen, Cristian no me atrae, Ana me aburre y me parece un eterno cliche.
    Pasare del libro y me iré a las pelis (por aquello de la aportación visual, que da mas sabor y rescata la pésima redacción de la escritora) por mas que mi instinto de lectora me reprenda.
    PD: me encanta tu blog, besos

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    1. Hola, Ro. Gracias por tu comentario.
      Estoy de acuerdo en que la película será mejor, estoy segura que quitarán muchos elementos que te hacen pensar sin duda en Crepúsculo. Y no escucharemos los molestos pensamientos de Ana directamente.
      Nos vemos en la próxima reseña.
      Saludos :)

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  2. Es Crepúsculo con sexo. No me gustó, es tan aburrida la historia y los personajes se contradicen. Tal vez vea la película si me invitan, jajaja

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